El Estrecho de Gibraltar es un nodo crítico para la fluidez de las cadenas de suministro por el que pasan 115.000 buques al año. Esta situación privilegiada del Estrecho hace que haya rentas de situación que pueden ser aprovechadas por los países ribereños. En particular, España cuenta con el puerto de la bahía de Algeciras, el mayor del Mediterráneo y el quinto mayor de Europa por conectividad, y aunque sigue siendo el líder regional en movimiento de tonelaje, con 107 millones de toneladas en 2020, Tánger Med se está aproximándose año a año y ya le ha superado en tráfico de contenedores. Para competir en el Estrecho, la bahía de Algeciras tiene distintos déficits, pero uno muy marcado son las conexiones ferroviarias con los corredores central y mediterráneo (el hinterland natural del puerto de la bahía de Algeciras). Corregir este déficit sería condición necesaria para lograr el desarrollo de la zona. Esto, probablemente, demandaría la creación de una zona económica especial para la bahía de Algeciras y las ciudades autónomas que actuara como palanca para atraer inversión e impulsar el comercio. Esta Zona Económica Especial debería tener como misión la creación de un hub logístico y de inversiones que fomentara el establecimiento de filiales de empresas europeas e internacionales con intereses tanto en el continente europeo como africano.
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